lunes, 24 de octubre de 2016

Simulacro de las Naciones Unidas por el cambio climático: Japón.

Documento de posición:
El Estado de Japón es un país insular del este de Asia de más de 2600 años de antigüedad, conformado por 6872 islas. Muy industrializado, Japón es la tercera economía más grande del mundo y posee muchas de las compañías mundiales. Se maneja con el yen (¥) y su PBI per cápita es de US$36265. Su población de 126926000 habitantes sufre una tasa de natalidad baja (gracias al costo de la educación) y una alta esperanza de vida, por lo que se teme que en un futuro no se cuenten con las pensiones y con la mano de obra suficiente. Está gobernado por una monarquía constitucional y pequeños gobiernos locales. A la hora de votar (a partir de los 20 años), el pueblo debe elegir a los miembros del Parlamento, y ellos, a un Primer Ministro. Este puede ejercer por meses o por años, dependiendo del apoyo del Parlamento. Sus idiomas son el japonés, el ainu y las lenguas ryukyuenses, aunque es común el uso de otras (chino, español, coreano, etc.)
Japón ha sido miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1956 y está altamente comprometido con la protección medioambiental propia y mundial. En 1997, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático aprobó el llamado ‘Protocolo de Kioto’, un acuerdo mediante el cual los países que lo firmaron se comprometieron a reducir las emisiones de 6 gases de efecto invernadero (el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, el hexafluoruro de azufre, los perfluorocarbonos y los hidrofluorocarbonos) al menos un 5% respecto al nivel de 1990 desde 2008 a 2012. Entró en vigencia en 2005 y para el 2011, Japón anunció que no iba a firmar un segundo acuerdo porque busca comenzar un segundo documento legal en el que participen las potencias mundiales y que todos tengan las mismas obligaciones. Aclaró que esto no significa detener el compromiso con la emisión de gases tóxicos o la disminución de ayuda a los países subdesarrollados.
Ha fomentado fuertemente la producción de energía solar y eólica, el uso del transporte público (medio que utiliza casi el 50% de la población) y la compra de autos híbridos. Desarrolla el programa de las 3Rs - reduce, reutiliza y recicla productos, logrando que el pueblo reduzca el consumo de los recursos limitados. Para el año 2030, Japón espera que el 30% de los hogares japoneses se abastezcan de energía solar.
Para parar la contaminación atmosférica, Japón presentó la propuesta llamada ‘Cool Earth 50’, que propone:
  • La promoción del uso de energías renovables (eólica y solar) tanto para lo privado como para el desarrollo de tecnología, la compra de autos poco contaminantes, una mayor utilización de la energía nuclear y la cooperación internacional, especialmente cuando se trata entre países del primer mundo y países subdesarrollados.
  • Que los países que emiten más gases de efecto invernadero disminuyan las cifras más allá de los acuerdos previos.
  • Que debe ser flexible de acuerdo a la realidad de cada país.
  • Que es necesario compatibilizar el cuidado del medioambiente con el crecimiento económico.
Por otra parte, se cree que la educación es fundamental y, aprovechando la temprana edad a la que los niños comienzan su escolaridad, se plantea la creación de un programa obligatorio que concientice acerca de la actual situación internacional en todos los niveles institucionales, con horas dedicadas al intercambio de ideas sobre el tema y a la reflexión, para que las futuras generaciones empiecen desde ahora a pensar en posibles soluciones a esta problemática que tendrá efectos terribles e irreversibles tanto para ellos como para todo el planeta.

El Estado de Japón se compromete a seguir luchando contra la contaminación a nivel mundial y nacional.

Firmado por la Delegada de Japón ante la Cumbre Mundial del Medio Ambiente.

Discurso:
Queridos compañeros delegados,

Gracias desde ya por disponerse a escuchar nuestras propuestas para esta problemática que nos acecha diariamente tanto a nivel nacional como mundial. Esperamos que los esfuerzos de todos hagan pronto efecto y podramos brindarles un futuro seguro a las próximas generaciones.
Pese a que mi país se encuentra posicionado como uno de los grandes contaminantes, cabe destacar que al mismo tiempo somos una de las naciones industrializadas más comprometidas con la disminución de gases contaminantes y nuestros objetivos pueden limitar el calentamiento global en dos grados.
Luego de negarnos a firmar por segunda vez el Protocolo de Kioto, comenzamos a buscar el comienzo de otro documento que una a los países firmantes, desarrollados y subdesarrollados, para tratar de alcanzar el mismo fin por el que hoy nos encontramos aquí reunidos, y sea equitativo para todos. Mientras tanto no detendremos la ayuda que les otorgamos a los países que más lo necesitan.
Hasta ahora, Japón ha promocionado maneras de reducir la contaminación atmosférica tanto en el ámbito cotidiano como en el industrial, ya sea con la producción de energía solar y eólica, la compra de autos hídricos y el reciclado.
Incitamos a los otros países a imitar nuestras medidas, a cooperar entre sí y a la creación de un acuerdo que comprometa formalmente a los países a disminuir la emisión de gases tóxicos, con tres condiciones que garantizan una óptima vigencia del mismo: que los del primer mundo reduzcan las cifras más allá de lo acordado previamente, que se sea flexible según la realidad de cada país y que el cuidado del medioambiente compatibilice con el crecimiento económico.
Por último, proponemos la creación de un programa educativo obligatorio para todos los niveles institucionales que concientice a las generaciones futuras de este tema y les otorgue un espacio para intercambiar ideas y reflexionar.

Gracias por su tiempo,
la Delegada del Estado de Japón.

domingo, 9 de octubre de 2016

(Geografía) 26/09, actividad 2: Derrame de petróleo del Golfo de México.

Consigna: presentar hasta el 10 de octubre. Realizar un seguimiento periodístico del derrame de petróleo del Golfo de México desde el 10/04/10. Incorporar los artículos mediante links y redactar una síntesis del evento, el resultado de la limpieza, las consecuencias negativas revertidas y las que no y si hay puntos de contacto con los videos.

El 20 de abril del 2010, en el Golfo de México, una plataforma petrolífera utilizada por la compañía British Petroleum (BP) explotó y causó la muerte de once trabajadores. Derramó 5000 barriles de crudo diarios. Diez días después la marea negra llegó a las costas de Luisiana (que luego alcanzaría las de Florida), por lo que, gracias a las protestas de los afectados, el presidente Barack Obama visita la zona el 2 de mayo. Inmediatamente después del derrame, BP comenzó a movilizar equipos capacitados para limpiar el petróleo. Para eso, se usaron unos 380000 (las cifras varían según la página consultada) litros de disolvente de crudo. En 2012, British Petroleum se declaró culpable y acordó pagar millones de dólares para indemnizaciones. 
Dejando alrededor de 400 especies amenazadas (entre ellas delfines muertos o encallados, tortugas marinas sin nidos y ostras) y el turismo destrozado, la limpieza concluyó en el 2014. De todos modos, la profesora de ciencias marinas Jane Lubchenco, dijo al respecto: "El derrame fue, y sigue siendo, un desastre. (...) Sí, el Golfo tiene un gran poder de supervivencia, pero recibió un golpe muy duro".
Este caso puede compararse, en cuanto a estadísticas y números, con el derrame de Exxon Valdez en Alaska en 1989 y, si hablamos de las consecuencias, con el de Magdalena en 1999, ya que este afectó directamente las vidas de los trabajadores y/o pobladores con respecto al turismo y a la pesca.